Los ansiolíticos
El efecto de acción de los fármacos ansiolíticos es el de controlar los síntomas de ansiedad.
La ansiedad es un estado psicológico bastante frecuente en el ser humano, deriva de una situación estresante así como también de una situación de frustración, ambas situaciones ponen en juego mecanismos químicos diversos en las neuronas y el resultado de este desbalance químico suele ser la Ansiedad cuyas manifestaciones orgánicas se caracterizan por abarcar varios sistemas corporales a la vez de manera tal que los síntomas de ansiedad llegan a ser perfectamente reconocibles por el paciente.
Los mecanismos de acción de los fármacos ansiolíticos se llevan a cabo en distintos niveles en las neuronas, y muchos ansiolíticos ejercen su efecto de acción a través de mecanismos desconocidos, es por eso que se recomienda perentoriamente que los fármacos ansiolíticos sean recetados por un médico y que el mismo médico supervise el tiempo que el fármaco deba ser usado por el paciente.
En general, los ansiolíticos deben ser evitados en adolescentes y/o niños debiendo preferirse a estas edades técnicas de psicoterapia para el manejo de la ansiedad. En adultos es recomendable iniciar el uso de ansiolíticos junto con tratamiento psicoterapéutico, para que a la larga sin emplear fármacos el paciente pueda aprender a manejar sus síntomas de ansiedad.
Las sustancias ansiolíticas de origen natural continúan siendo, en pleno siglo XXI, la mejor alternativa para el control de la ansiedad: la manzanilla, la valeriana, el agua de manzana, el agua de azahar, la leche tibia son algunos de los productos naturales que tienen comprobados efectos ansiolíticos y su uso es recomendable a cualquier edad
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